(Raúl Gorrín) No tiene empleo y anda
buscando uno, o está empleado pero quiere algo mejor. Pues no se tome a la
ligera la preparación de su currículum vitae. No es cuestión de armar una
carpeta con algunos papeles y datos y ya. Se trata de nuestra carta de
presentación
Ahora, si
está del otro lado, si es quien debe evaluar la hoja de vida de los aspirantes,
es importante que tome en cuenta algunos aspectos que, en definitiva, también
es bueno que los observe quien está en el primer caso.
El asunto
se complica cuando los demandantes superan las expectativas y sobrepasan en
número lo esperado. Por un lado, sí, algunos pueden ver como positivo la
variedad de perfiles entre los cuales escoger, pero por el otro, supone una
mayor dificultad para escoger entre tantos candidatos.
¿Qué
aspectos tomar en cuenta y cuáles elementos influyen a la hora de
evaluar?
En primer
lugar, el diseño, pues la presentación juega un papel importante y habla de la
dedicación del aspirante. Este será uno de los primeros filtros en el proceso
de reclutamiento.
El
currículum no debe ser un documento excesivamente largo ni extremadamente
corto. No debe sobreabundar, pero tampoco debe negar la información sobre datos
personales, experiencia y formación. Todo en su justa medida. Algo fundamental
de este primer elemento es la ortografía y la estética. Téngalo presente.
En segundo
lugar, están las competencias que se exigen para optar al cargo. Quien aspire
al puesto debe reunir una serie de habilidades, experiencia, formación,
competencias técnicas. Por ello, se debe hacer una lista a la cual deberán
ajustarse los CV. (Raúl Gorrín)
Por muy
excelente ingeniero que sea el currículum del aspirante, de nada nos sirve si
buscamos un enfermero.
En tercer
lugar tenemos la fotografía. Sí. No descuide este detalle. Es muy importante y
aporta mucha información. Muchos discrepan en esto pues consideran que las
características físicas no deben tomarse en cuenta si no la preparación. Lo
cierto es que las características del puesto de trabajo dirán mucho acerca de
la imagen que debe tener quien ocupe el cargo.
En cuarto
lugar están los cargos desempeñados, es decir, la experiencia. Tiene que ver,
tanto el desempeño del candidato en puestos anteriores como de la o las
empresas en donde trabajaba con anterioridad.
Hay que
analizar si el bagaje del aspirante se adapta al perfil que estamos procurando.
(Raúl Gorrín)
Luego hay
que considerar la estabilidad laboral. Este es un asunto que hay que examinar
con mucho cuidado, pues de antemano no podemos determinar que alguien que ha
cambiado de trabajo frecuentemente es una persona inestable laboralmente
hablando. No hay que tachar el asunto de negativo al primer vistazo.
Por
ejemplo observe si entre un cargo y otro ha habido crecimiento, eso será
indicativo de que es una persona con aspiraciones y con deseos de evolucionar.
En sexto
lugar está la formación, un aspecto que ha perdido preponderancia a la hora de
evaluar a los aspirantes a ocupar un puesto de trabajo. Ya los directores de
recursos humanos no le dan la misma importancia que en tiempo atrás.
No se
niega su importancia, sólo que ahora se valora altamente la formación
complementaria adquirida a través del desempeño que otorga una serie de
habilidades que dan un valor añadido. (Raúl
Gorrín)
Finalmente,
un aspecto importante a evaluar es la coincidencia de los valores y el espíritu
del candidato con los de la empresa. Estos datos será posible obtenerlos a
través de la información adicional o complementaria.
Esta
información se refiere a las características personales, iniciativas y
aficiones. (Raúl Gorrín)
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