
Hay una
constante en los errores que suelen cometer los jefes al momento de mediar en
los conflictos.
¿La
razón?
Inexperiencia.
Por
ejemplo, al querer escuchar a ambas partes al mismo tiempo cuando se actúa como
mediador y se pretende implementar una solución al inconveniente, se suele
incurrir en errores que impiden la resolución del conflicto. No se pautan
normas y el encuentro se convierte en una contienda. El resultado sólo puede
ser el recrudecimiento del problema, pues por lo general se crean mayores
resentimientos.
Si insiste
en este método, establezca reglas. Una fundamental es no permitir que se crucen
palabras entre sí.

Esto
evitará los enfrentamientos, lo cual sólo contribuye a aumentar el resquemor y
el desacuerdo entre las partes.
Otra regla
es no permitir frases denigrantes, infamantes o degradantes.
Cuando
esto suceda el mediador detendrá inmediatamente el acto y pondrá como condición
para continuar el cese definitivo de este tipo de actitud.
Las
intervenciones, interrupciones o aclaraciones solamente se producirán con
autorización del mediador.
El
mediador de conflictos insistirá en advertir ante quien pretenda intervenir sin
autorización, que ya él determinará el momento en que pueda exponer y
argumentar.
El
mediador planteará soluciones en las cuales ambas partes estén de acuerdo.
De no
llegar a dichos acuerdos, el mediador impondrá soluciones que deberán ser
acatadas por las partes en conflicto.
Recuerde,
lo mejor que puede hacer como mediador es procurar el entendimiento entre las
personas que presentan desacuerdos. (Raúl Gorrín)
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