Por Raúl Gorrín. Una de las principales preocupaciones de las empresas en la actualidad es el mantenimiento de la competitividad. Ser competitivo es un aspecto estratégico en cualquier organización. La competitividad lleva a la revisión de los procesos de producción de las empresas. En el mundo globalizado sólo logran triunfar aquellas compañías que entienden los paradigmas de competencia del mercado, las leyes que las soportan y los mecanismos que la sostienen.
Las empresas competitivas se imponen en su mercado con sus productos y servicios poniendo en apuros a sus competidores. Su más fiel ejemplo es cuando los clientes identifican los productos de la empresa entre el resto que se ofrecen el mercado y se fidelizan con esa marca. Es el hecho que elijan su mercancía por encima de las demás ya es un logro diferenciador y un factor que muestra los altos estándares de competitividad que existe en la cadena de producción y en la empresa en general.
Dado el entorno competitivo que enfrentan las empresas en la actualidad, el área de producción requiere satisfacer las necesidades de la industria de acuerdo con la estrategia competitiva de la empresa y la situación que ésta enfrente.
Los tres pilares de las estrategias competitivas según Michael Porter son:
2. Estrategia de diferenciación.
3. Estrategia de enfoque o segmentación.
Además de esos pilares, Porter señala que hay cinco fuerzas determinan la intensidad competitiva y de ellas depende la formulación de la estrategia, las cuales mencionamos a continuación:
Nuevos ingresos: constituye la amenaza de la entrada al mercado de nuevas empresas. Esta amenaza se ve afectada por distintas barreras, como lo son las economías de escala, necesidad de diferenciar el producto, requisitos de capitales, acceso los canales de distribución, acceso favorable a materias primas, ubicación favorable, tecnología de producto patentado, experiencia (curva de aprendizaje), políticas gubernamentales, etcétera.
Amenaza de sustitutos: se refiere a la competencia de productos que pueden desempeñar la misma función, y que cuando éstos mejoran su desempeño y precio afectan a otros sectores industriales.
Poder negociador de los compradores: los compradores pueden ejercer presión demandando una calidad superior, más servicios, etcétera, afectando así la competencia entre los distintos productores.
Poder negociador de los proveedores: éstos pueden afectar los precios de los insumos y su calidad.
Rivalidad entre los actuales competidores: esta da origen de competencia en precios, batallas publicitarias, introducción de nuevos productos, incrementos en el servicio al cliente y garantía, etcétera. Algunos factores que afectan este grado de rivalidad son el número de competidores, crecimiento del sector industrial, volumen de los costos fijos, grado de diferenciación, intereses estratégicos, etcétera.
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