martes, 29 de marzo de 2016

Raúl Gorrín: Las empresas del siglo XXI deben ser humanistas


Por Raúl Gorrín. Tal como lo hemos dicho en varias oportunidades, las empresas deben tener un sentido humanista, nuestro trabajo como empresarios debe repercutir en la gente, la acción empresarial debe tener como objetivo el mejoramiento de la sociedad, y se debe seguir manteniendo a la vez la rentabilidad económica.

Los empresarios humanistas a menudo trabajan en su propio modelo de negocios y pretenden penetrar el tejido social y actuar de manera proactiva para estimular a la gente a buscar sus objetivos y mejorar su condición de vida.

El emprendedor humanista busca obtener beneficios como todos los empresarios mas no para enriquecerse, sino para reinvertirlos en el propio proyecto. Obviamente, el empresario humanista quiere que su compañía sea sostenible y, de forma paralela, busca el impacto social de su empresa. 

El objetivo de los empresarios humanistas es dar solución a un problema social, sea de la envergadura que sea. Esto hace que sean empresarios muy involucrados con su idea de negocio, que trabajan con mucha ilusión. El empresario humanista se enfrenta a muchas dificultades, saca recursos de donde a otros no se les ocurre y, debido a ese fin social, logra involucrar a personas que no se incluirían  igualmente en iniciativas puramente empresariales.

Las empresas humanistas tienen que ser económicamente sostenibles y concebirse así desde el principio y están claras que su característica esencial y lo que las diferencia del resto “es que tienen un objetivo social y societario combinado con el espíritu empresarial del sector privado”.

La empresa humanista o social se aplica aquellas compañías que están más volcadas en el llamado “beneficio social”. Son las empresas que tienen como objetivo esencial la búsqueda de un bien social.



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