lunes, 25 de julio de 2016

Raúl Gorrín: El reto del cambio empresarial


(Raúl Gorrín) Las barreras al cambio son en ocasiones extremadamente altas. La zona de confort lleva a las personas y organizaciones a mantenerse anclados en sus rutinas. Poco están dispuestos a dejar de hacer las cosas de la manera en que lo han hecho durante mucho tiempo. 

El cambio implica un riesgo que no todos quieren afrontar.
Tiene que ver con abandonar lo conocido y lanzarse al ruedo a enfrentar nuevas realidades. Incluso, el cambio puede implicar, en ocasiones, desaprender para luego aprender nuevas maneras de hacer y conducirse.

No cambiar significa quedarse atrás, pues se quiera o no, el cambio es constante en todos los ámbitos de la vida. Al ser humano sólo le resta sumarse a esta dinámica y echar para adelante.

El cambio es, por tanto, una necesidad del ser humano, pero también de la sociedad y de todo lo que ella implica, incluidas, por supuesto las empresas y emprendimientos.

Por tanto, quienes están al frente de las organizaciones deben estar alertas y dispuestos a adaptarse a los nuevos tiempos, a las nuevas demandas, a las nuevas maneras de abordar los problemas, a las nuevas formas de producir, a las nuevas visiones. Es cuestión de supervivencia.

Es indispensable que las organizaciones, los empresarios y emprendedores, asuman que existe un nuevo liderazgo con características nuevas, distintas, creativas. Estamos en presencia de nuevos esquemas de captación y selección del talento y hasta una nueva forma de percibir el negocio. 


Sólo entendiendo la naturaleza de dichos cambios y del papel que a cada parte del engranaje le toca jugar, se podrá avanzar e instrumentar de manera adecuada los constantes procesos de cambio. (Raúl Gorrín

Hay estudios científicos que plantean cómo abordar la resistencia al cambio.
El cambio requiere de información, de gente bien informada, que conozca qué es lo que está pasando y hacia dónde se dirigen las nuevas organizaciones. Esto permite el dominio y el control de la situación.

Luego es necesaria la formación, la preparación, el entrenamiento sobre las nuevas competencias que hay que asumir. No puede haber cambio si las personas no se capacitan sobre los procesos y dinámicas que nos llegan. Sólo así se podrá ser eficiente y eficaz en el nuevo empleo.

Es menester accionar correctamente para facilitar el proceso de cambio. Hay que establecer objetivos, estrategias, métodos, metas. Hay que medir la gestión individual y colectiva y cómo se adaptan a las nuevas realidades. Hay que promover esquemas de acompañamiento y coaching, se deben reconocer los esfuerzos, las acciones, para alcanzar las nuevas metas y objetivos.

Finalmente y no por ello menos importante, hay que garantizar una buena comunicación. Sin ella no será posible el avance, juntos hay que remar en la misma dirección. (Raúl Gorrín)



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