Por Raúl Gorrín. Es posible que ante el
requerimiento de presentar un proyecto importante, un informe de gestión o un
plan de trabajo, se sienta bloqueado e incapaz de generar una sola idea y,
mucho menos, plasmarla en el papel.
Sin duda,
está usted enfrentando un bloqueo mental que es un proceso que se presenta de
manera natural cuando el cerebro no procesa ninguna información o no logra
recordar nada.
El bloqueo
mental impide el fluir de las ideas, aun en aquellos temas de los que se tenga
dominio.
Lo
fundamental ante esta situación es saber cómo prevenirlos o, en caso de que se
presenten, cómo enfrentarlos.
Un
ejercicio que podría ayudarle es cambiar de escenario, pues el establecer una
relación directa entre algunos espacios con ciertas actividades. Por tanto,
muévase a otro ambiente, la naturaleza es ideal para que se relaje —además de
ser inspiradora— y se reinicie el fluir de las ideas y la información.
Si está en
la oficina pruebe cambiar la disposición de su computadora apuntando hacia la
ventana o regalándose unos minutos en un área que le permita visualizar la
calle, las casas o edificios vecinos. En pocas palabras, cambie de perspectiva
visual.
Fíjese
lapsos, tanto tiempo para concluir el informe. En ocasiones la presión ayuda a
las mentes bloqueadas a destrabarse.
Una vez
haya comenzado el trabajo, dese márgenes para la distensión, por ejemplo cada 20
o 30 minutos. Relájese, despéjese o haga una tarea menor que le permita
evadirse del trabajo en cuestión. Un crucigrama o sopa de letras es ideal.
El bloqueo
mental puede destrabarse mediante el uso de metáforas que expliquen la idea que
usted quiere expresar y para la cual no encuentra las palabras adecuadas.
Dedíquese
a resolver primero todo aquello que no le genere dificultad. Salte las que le
generan problemas. Así, a la par de que su mente busca una solución al
problema, va adelantando el resto del trabajo.
Válgase de
las cosas que le inspiren y motiven, como jugar con su hijo, conversar con su
pareja, con sus amigos o padres. Algo que le cause paz.
No se
empecine en la búsqueda de frases geniales ni ideas súper impactantes. No.
Vierta en el papel la idea que surja, la que fluya. Después podrá hacer arreglos
si lo amerita. La pequeña idea le dará paso a otra y así sucesivamente.
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