Por Raúl
Gorrín. ¿Cómo es el trabajador excelente con el que aspira contar todo
empresario emprendedor? La excelencia tiene sus características y aquí nos
referiremos a esos atributos que distinguen al trabajador ejemplar.
Según se
ha podido recoger a través de encuestas realizadas a distintos empresarios, el
ideal de este tipo de trabajadores son aquellos concentrados en los que hacen.
Se enfocan en la labor o tarea a realizar, así como en los objetivos de la
organización. No permiten que los problemas externos los perturben en el trabajo.
Esto último incluye el no dejar que menudencias en el quehacer le distraigan de
sus objetivos.
Aquellos
trabajadores tenidos como excelentes no cumplen con sus funciones con el fin de
obtener una retribución o gratificación, sino por el mero deseo de hacer las
cosas bien. No es que no aprecien ser recompensados, sino que este premio no
tiene que venir de inmediato. Pueden esperar por él.
Ante los
conflictos, los trabajadores ejemplares saben actuar y responder con mesura y
buen juicio. Evitan los contratiempos, pero en caso de que se presenten no se
dejan sobrepasar por ellos. Mantienen la calma frente a las situaciones
críticas. Incluso, el trabajador excelente es capaz de soportar los ataques
personales, todo por alcanzar el objetivo común que se ha trazado la empresa.
Igualmente,
los trabajadores ejemplares se caracterizan por su valentía. No se quedan
callados, formulan sus planteamientos y dudas sin temor, incluso, para impugnar
una decisión ejecutiva mal tomada. Eso sí, en sus intervenciones hay
equilibrio, pueden reconocer lo bueno pero no tienen empacho cuando de sostener
que se ha incurrido en un error, se trata. Los problemas son incidentes que se
deben solucionar de inmediato y así lo hacen.
El ego del
trabajador ejemplar no es problema, lo han aprendido a controlar, no lo
exaltan, admiten los errores cuando corresponde.
Son
responsables con el trabajo, no dejan nada a medias. Asumen las consecuencias
de sus decisiones.
No se
sienten satisfechos por cualquier cosa. Siempre quieren dar más.
Se ganan
el aprecio de sus compañeros porque tienen un alto sentido de la sociabilidad.
Son amables. Son íntegros y líderes. Se puede confiar en ellos.
Ante los
clientes defienden los intereses de la empresa. Sus jefes no tienen problemas
enviarlos con ellos pues saben que realizarán una buena labor.
Gente
tóxica existe en todas partes y frente a ellos, los trabajadores ejemplares
tienen una increíble capacidad para neutralizarlos y dejarlos fuera de
combate.
Mire ahora
a su alrededor y ubique a los trabajadores ejemplares de su empresa.
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