Por Raúl Gorrín.- El emprendedor es por naturaleza
optimista. A veces ese optimismo raya la temeridad, pero todo aquel que se
lanza a un nuevo proyecto o una nueva iniciativa lo hace pensando en el éxito,
concepto que para cada persona tiene un significado diferente.
Es optimista el que está dispuesto a salir de su zona
de confort para asumir nuevos riesgos. Es optimista el que es capaz de
plantearse nuevos retos aun cuando ha fracasado en sus intentos anteriores. Es
optimista el que piensa que a pesar de las dificultades va a ser capaz de sacar
adelante su idea y se esfuerza en conseguirlo.
El emprendedor se encuentra muchos obstáculos en su
camino. Algunos conocidos de antemano, otros inesperados y, en la mayoría de
los casos, suficientemente grandes como para que una persona que no tenga un
espíritu optimista y un gran afán de superación deseche la idea de intentarlo
antes de empezar.
Siempre les recomiendo: Que nadie nos quite la ilusión
de seguir intentándolo, ni la idea de que hay un montón de oportunidades ahí
fuera y que el mundo es del que lo intenta y no del que se queda esperando a
que los demás le solucionen los problemas.
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