Por Raúl Gorrín.- ¿Quién no quiere ser una persona exitosa,
tanto en lo personal como en lo profesional?
Nadie en su sano juicio aspira a lo contrario.
Si su objetivo es alcanzar la independencia económica y establecer
un negocio que le permita ser su propio jefe, entonces hay algunos aspectos que
debe prever y cuidar muy atentamente.
El espíritu emprendedor es vital para ello, es, si se quiere,
el requisito número uno.
Este espíritu emprendedor se adquiere por educación y
formación familiar, pero también por decisión propia de quien en algún momento
de su vida toma la firme determinación de tomar el toro por los cuernos y
asumir las riendas de su propio destino.
Entre las características de todo emprendedor exitoso que usted también debe adoptar está el tener
una mentalidad positiva y optimista. No se puede emprender un negocio creyendo
que este va a fracasar. Obviamente hay que pensar en los riesgos que todo
emprendimiento conlleva, pero la decisión desde un principio debe apuntar a
lograr los objetivos y metas y, por tanto, triunfar.
La persona optimista no evade los problemas ni los niega,
sino que los aborda y se enfoca en solucionarlos, no en dejarse abatir por
ellos.
Confíe en sus capacidades y en las de su equipo, si usted no
está actuando improvisadamente, sino con base al conocimiento, al estudio, al
análisis concienzudo de los diversos factores que involucra todo negocio,
entonces la perspectiva debe ser la del triunfo.
Esta confianza también comprende a la idea de negocio a la
cual llegó luego de ponderar los riesgos, las oportunidades y nichos de
mercado, el estudio de las necesidades de los clientes. Puede equivocarse en
algunos aspectos, pero estos por lo general son corregibles si se parte del
estudio de todas las variables y factores que influyen en el proyecto de
negocio.
Las personas exitosas no improvisan sino que planifican y
establecen objetivos y metas.
De allí en adelante sus acciones están dirigidas a alcanzar
estos objetivos y metas, las revisan a
diario y hacen los correctivos pertinentes —de ser necesario— conforme se
trabaja en pos de alcanzarlos.
El emprendedor exitoso no se detiene ante la posibilidad de
fracasar, eso sólo es un riesgo. En ocasiones ganan, pero también les toca
perder. La diferencia está en que no se quedan allí, sino que suceder estos,
pues se levantan y siguen adelante.
Los empresarios y emprendedores exitosos son perseverantes y
persistentes, no se rinden ante las adversidades, superarán los obstáculos pues
están decididos a enfrentarlos.
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