Por Raúl Gorrín.- Ser feliz. ¿Quién no quiere serlo? Pues
bien, la psicología positiva quiere brindar las herramientas para que todos
puedan lograrlo pues en lugar de enfocarse en las patologías, esta disciplina
lo que quiere es potenciar las habilidades y ayudar al ser humano a descubrir y
disfrutar sus pasiones en la vida.
Lo primero que debe hacer toda persona es meditar a
profundidad para identificar cuáles son sus más grandes pasiones. Cualquiera
que sea su respuesta, lo que sigue es trabajar por desarrollar dichas pasiones
para lograr el máximo de disfrute de ellas.
Y es que la mayoría de las personas no hace nada, o muy
poco, para vivir estas pasiones y, por tanto no alcanzan su desarrollo
personal.
¿Qué y cuánto hace para vivir a plenitud y hacer lo que
realmente le gusta hacer?
Es sorprendente ver cómo las personas, a pesar de haber
identificado sus pasiones, hacen muy poco para trabajar en ellas y desperdician
el tiempo en otros asuntos que en nada contribuirán a llevarlo a la plenitud,
al referido desarrollo personal.
Y es que sencillamente no hay desarrollo personal cuando las
personas no hacen los que les gusta, no hacen aquello que les causa felicidad.
El problema parece radicar en la falta de planificación y
organización de las personas para lograr alcanzar aquellos que los satisface.
La psicología positiva plantea la necesidad de que todos los
individuos se centren en establecer un horario para dedicarle a su pasión sin
que haya nada que lo distraiga de ese objetivo durante ese lapso que se ha
propuesto dedicarlo a su placer, a ser feliz.
Pero a pesar de ser tan sencillo lograrlo, muy pocos se
detienen a pesar un instante qué es aquello que quieren hacer, lo que le es
placentero y que podrían identificar como su pasión.
Le invitamos por tanto a detenerse, primero, en la
identificación de sus pasiones, para luego dedicarse a hacer algo para
satisfacer dichas pasiones.
No renuncie a su felicidad, usted tiene derecho a ella.
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