Por Raúl Gorrín.- Iniciemos con lo básico, definir qué es un
KPI —o key performance indicator,
indicador clave o medidor de desempeño o indicador clave de rendimiento— y
digamos que es una medida que indica el nivel del desempeño de un proceso. En
pocas palabras, es un indicador de rendimiento.
Los KPIs se utilizan en varias áreas de una empresa o
emprendimiento, tales como compras, logística, ventas, servicio al cliente,
etc. Reflejan el rendimiento de una organización y generalmente se recogen en
su plan estratégico.
Es necesario medir los logros para determinar si un proceso
es exitoso o no. Igualmente, la medición permite detectar las fallas y en ello
los KPI son de gran utilidad, pues a través de ellos podemos ver si la
operación que instrumentamos funciona realmente y en qué medida lo hace. A
partir de estas mediciones, podemos tomar decisiones en pro de que los procesos
logísticos apunten realmente en dirección a los objetivos que nos hemos
propuesto.
Y es que la logística requiere de datos concretos, no de
intuiciones ni presentimientos.
Esas precisiones las aportan los KPI, los cuales ofrecen la posibilidad
de obtener una visión objetiva del servicio que nuestra organización.
Los KPI tienen por propósito aumentar los niveles de calidad,
pues facilitan el análisis de los procesos en detalle y de allí, de ser
necesario, replantear los objetivos.
Los KPI permiten aumentar la competitividad de la organización
pues muestran información esencial que puede ser usada para establecer mejoras
en el servicio.
Igualmente, los KPI minimizan los errores porque ayudan a
detectar fallas y, por ende, aplicar las correcciones pertinentes.
Gracias a los KPI se pueden controlar los costos de una operación
al brindar información esencial que facilita el control de costos.
Del mismo modo, los KPI incrementan la productividad, puesto
que la información que de ellos obtenemos permite la obtención de procesos
limpios, eficaces y productivos.
Con los KPI mejora el rendimiento al permitir evaluar
rendimientos individuales y de áreas.
Ahora bien, los KPI deben ser realistas para que las
mediciones sean coherentes; deben ser específicos sobre aquello que se quiere
medir; tienen que ser relevantes, que aporten datos significativos y útiles;
deben ser cuantificables, es decir tienen que expresarse en números o
porcentajes, sin subjetividades; deben ser periódicos; deben ser consistentes,
es decir, entregar datos objetivos, reales, libres de errores de medición;
deben ser alcanzables y servir para el logro de objetivos; deben ser oportunos,
a tiempo, cuando se requieren, pues muchas decisiones dependen de ellos.
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