martes, 7 de febrero de 2017

Protección del talento empresarial



Por Raúl Gorrín.- El más grande activo empresarial es su talento, sus trabajadores. A ellos deben cuidados especiales con el firme objetivo de hacerlos felices a sabiendas de que un empleado feliz es más productivo.

Muchas empresas están conscientes de esto e invierten muchos recursos en la preparación y formación de su personal, por lo que uno de sus mayores temores es perder estos trabajadores en los que tanto han invertido.

Una de las acciones más temidas es que estas personas renuncien y se vayan con la competencia, lo cual se conoce como robo de talento.

Lamentablemente existen organizaciones en todo el mundo dedicadas a esta práctica de robo de talento. Andan a la caza de personal bien formado, inteligente, proactivo, creativo e innovador y con mucha experiencia profesional.

Para esto contratan cazadores de talentos que, palabras más palabras menos, son meras agencias de reclutamiento de personal.

En realidad no es una actividad ilegítima, pues estas agencias o quien haga sus veces, simplemente indagan en las empresas si hay personal que encaje con los requerimientos que le ha planteado su cliente.

Ahora bien, ¿qué pueden hacer las empresas y emprendimientos para evitar ser despojadas de su talento?

Pues corresponde a la dirección de recursos humanos estar ojo avizor con estos hechos.

Pero al mismo tiempo, le corresponde mantener una activa política de incentivos laborales destinada a mantener contentos, felices, a sus trabajadores para impedir que huyan en pos de una mejor oferta de trabajo. Quien tiene todo en casa no tiene nada que buscar en la calle, reza el refrán.

Las organizaciones deben y tienen que tener una aguerrida política de retención de personal, sueldos y salarios competitivos, formación de líderes empresariales, estrategia de promoción, planes de crecimiento, entre otros incentivos laborales.

Para evitar el robo de talento, las empresas y emprendimientos, deben organizar y planificar estrategias de fidelización de sus empleados.

La comunicación es vital en toda organización. Los empleados tienen que sentir la suficiente confianza para exponer estas situaciones ante la empresa.

Y no es cuestión únicamente de tener buenos salarios —lo cual obviamente es importante— sino de que el ambiente laboral sea agradable, grato, y que los trabajadores se sientan como en su hogar.


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