Por Raúl Gorrín.- En esta entrega queremos hacernos eco de
la advertencia que Dwayne Allen Thomas, abogado y maestro en Psicología
Positiva Aplicada egresado de la Universidad de Pensilvania hace sobre la
tendencia a confundir el pensamiento positivo con la psicología positiva.
Thomas recuerda que antes de la segunda guerra mundial, la
psicología tenía tres objetivos, a saber, curar las enfermedades mentales,
cultivar el talento y hacer que la vida de las personas fuera más satisfactoria
y productiva.
Pero el tratamiento de enfermedades mentales dejó de ser el
objetivo fundamental cuando a finales del siglo 20 surge la psicología positiva
con el fin de convertirse en la “ciencia de las fortalezas humanas”, centrando
su trabajo ya no en curar sino en prevenir los males de la mente humana
mediante el cultivo de las fortalezas.
Ya en este siglo, la psicología positiva se enfila a la
búsqueda de la promoción del potencial humano hasta llegar a la actualidad
cuando esta ciencia se vale del método científico para estudiar los factores
que contribuyen al bienestar humano.
Desde siempre el hombre ha estado preocupado por el
bienestar, un ejemplo es Aristóteles quien alertaba que una cosa era está feliz
y otra era sentirse feliz. En este mismo esquema, Seligman manifestó que la
ausencia de enfermedad mental no necesariamente equivalía a la presencia de
bienestar mental.
Así, llegamos a lo que es objeto de este escrito y referimos
entonces que la psicología positiva no debe confundirse con todo eso que ahora
se pregona a través de los libros de auto-ayuda.
Los estudios reflejan que los resultados positivos no se
limitan a estímulos positivos.
Un ejemplo es que el miedo y la rabia propician la atención
selectiva.
Otro ejemplo es el caso del concepto de crecimiento
post-traumático el cual se define como un cambio positivo derivado de un evento
traumático.
Así tenemos que no necesariamente demasiado de algo malo
resulta igualmnente en algo también malo.
La excesiva confianza, por ejemplo, puede derivar en
arrogancia.
De tal manera, es errática la creencia de que el pensamiento
positivo es suficiente para formar parte
de la psicología positiva. No es correcto mezclar auto ayuda con la psicología
positiva.
Eso sí, Dwayne Allen Thomas también advierte que la
psicología positiva ha sido algunas veces malentendida como el estudio de una
forma superficial hedónica de la felicidad.
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